Así comienza el quinto relato del libro Una parada obligatoria
Llegó el siete de marzo y, como siempre le ocurría con la
correspondencia oficial, le metió el miedo en el cuerpo hasta que llegó al
punto y final. Aquella carta que el funcionario depositó en el buzón decía
literalmente: «A través del presente escrito cúmpleme informarle que se ha
interesado telefónicamente por Vd. Dª Tere Navarro Sánchez, de Pego (Alicante)
cuyo teléfono es el 388439.
Lo que le comunico a los efectos de que si lo estima
oportuno nos dé autorización para notificar su domicilio a la interesada».
Firmaba el Jefe del Negociado de Estadística del
Ayuntamiento de Sevilla.
A Juan ni le decía nada el nombre de la tal Tere, ni había
estado en su vida en Pego, ni aquel número de teléfono le era familiar. Le
tranquilizó mucho saber que no se trataba de una multa, embargo, impago de
impuestos o cualquier otra trampa desconocida que le reclamase el Ayuntamiento.
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Parece muy interesante. Gracias y un abrazo
ResponderEliminarGracias a ti, Nuria, por pasar y dejar huella. Un abrazo
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